Tras la celebración de la segunda vuelta de las elecciones en Hungría, se hace recuento, balance y lejos de absurdas complaciencias por los excelentes resultados obtenidos, Jobbik piensa en el futuro.

De 0 a 47 diputados es la respuesta del Pueblo a la clase política que está desmembrando el pais, con un caos social, económico, de seguridad,... que sólo el nacionalismo democrático encabezado por Gábor Vona está sabiendo dar respuesta.

Los que se burlaban de este partido nacionalista húngaro, y de la estrecha colaboración que Democracia Nacional mantiene con ellos, estarán buscando la manera de digerir semejante éxito.

Por otra parte, Barbara Rosenkranz del Partido por la Libertad, obtuvo un 16 por ciento de votos en las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo en Austria.

Rosenkranz, de 51 años que se describe a si misma como una ama de casa y madre de 10 hijos, ha sufrido una campaña de desprestigio apoyada por toda la prensa (radio,televisión,...) prosistema, por el hecho de cuestionar la constitucionalidad de una ley propia de la inquisición, que prohibe opinar sobre el Holocausto y con fecha de 1947.

Las elecciones, ganadas por los socialdemócratas con una ridícula participación del 49% del electorado, son una muestra clara del hartazgo social hacia los gobernantes que una y otra vez tratan de engañarles con promesas y palabrería hueca.

El FPÖ de Christian Strache es la segunda fuerza política del pais, y uno de los referentes del nacionalismo europeo.

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